Adriana Hartwig nos regala una obra muy bella titulada: “El nombre del canalla”. Pareciera que nuevamente se repite la misma historia. Vuelve a aparecer ese sinvergüenza, ruin y pillo como si nada hubiera ocurrido. Que misterio se esconderá que no es quien dice ser. Cuenta la conflictiva situación que padecieron muchísimas personas que no recibieron ayuda y fueron abandonadas y quedaron en el olvido. Pero la lucha y la fuerza de los que están vivos continua. Solo van por un único objetivo: desenmascarar a ese malhechor que tanto daño ha provocado y no pararan hasta encontrarlo. La traición se paga en algún momento. El respeto, la ética y la moral siempre tendrán que prevalecer y estar latentes. Haciendo cumplir estos patrones, ya perdidos últimamente podrán blanquear su conciencia para vivir de ahí en mas.